Con la Vida en Dos Maletas
Comienzo este relato desde mi cama, un primero de enero cerca del quinto aniversario de mi llegada a otro país. Mientras las palmeras danzan detrás de la ventana, recorro la historia que me trajo aquí, recuerdo mi casa y la vista del valle al abrir los ojos. ¡Qué vista!, lo último que veía antes de dormir y lo primero que buscaba al despertar. Una voz me susurró que atesore esa visión, por si la fuera a perder en alguna curva del futuro. Aprieto los ojos con ansiedad y la encuentro. Recuerdo también los lugares donde bailé, las esquinas en las que lloré, la angustia por perder el control en mi camino trazado de tener, pertenecer, representar. Puedo repetir la historia desde mi cabeza y describir lo que pasó. O puedo contarla desde mi bitácora de viaje y sentir que esta historia es aquello que siempre deseé. En el verano de 2010, empezamos a usar el término “Diosidencia”, como una manera de explicar eventos y circunstancias que son comúnmente llamadas “Coincidencias”. Según La Acad